Bueno el sábado día 9 os di un adelanto de esta banda y quiero poner la información al respecto sobre ellos en esta entrada que espero guste y que solo será visible para los privilegiados duendes y meigas, os avisare por correo para que vayáis descargando los tres discos que tiene esta banda.
Un poco de historia:
Black Country Communion es un grupo musical anglo-estadounidense formado en 2010 por
Joe Bonamassa, Jason Bonham, Glenn Hughes y Derek Sherinian.
La idea para formar Black Country Communion surgió cuando Glenn Hughes y Joe Bonamassa tocaron juntos en Los Ángeles en noviembre de 2009. A raíz de ello Kevin Shirley, productor de Bonamassa, les propuso grabar un disco juntos con Jason Bonham a la batería. Como Bonamassa quería incorporar un teclista, Shirley les propuso llamar a Derek Sherinian para completar el grupo. Inicialmente el grupo se iba a llamar Black Country, por la zona minera de Inglaterra de la que proceden tanto Hughes como Bonham. Se añadió el término Communion para evitar problemas con otro grupo anterior que también se llamaba así.Primero grabaron su primer disco, Black Country, durante los primeros meses de 2010 y lo publicaron en septiembre del mismo año. Posteriormente, el grupo ha anunciado planes para tocar en directo y publicar su segundo disco durante 2011
Así de directo y contundente comienza el «debut» del que probablemente sea el mejor álbum de rock n’roll del año, en él converge todo el sabor de antaño del género, junto a la joven propuesta que hace un grupo integrado por músicos de muy distintas generaciónes.
El tandem Bonamassa / Hughes apunta a cotas de genialidad tan altas como las de Page / Plant o Mercury / May, entre ellos exíste una química muy especial y a lo largo del álbum dejan ver que esto no es un mero divertimento entre dos enormes personalidades, sino que es un proyecto muy serio y con planes de futuro (y que dure muchos años). La voz de Hughes, pese a tener casi 60 años, está en plena forma y deja claro una vez más porqué esta considerado junto a David Coverdale, Dio, Steve Perry o el mismísimo Freddie Mercury como uno de los más grandes vocalistas de rock de la historia, por si fuera poco Bonamassa le acompaña a los coros, canta dos temas integramente y se consolida como un nuevo Guitar Hero.
El grupo queda empastado a la perfección con Jason Bonham, hijo del difunto John Bonham (Bonzo) y batería de Led Zeppelin, que hace una labor extraordinaria tras los parches a lo largo de todo el álbum y que además, posee todo el espíritu que tanto su padre, como sus mentores Robert Plant y Jimmy Page (ahí es nada) pusieron en él. Discreta, aunque importante es la aportación de Derek Sherinian (ex-Alice Cooper y ex-Dream Theater), que ofrece un fabuloso colchón armónico y algún solo que otro, aderezando la música como las dósis exactas de especia al plato estrella del restaurante.
Ni una sola canción de relleno, ni una sola nota de más, todo en Black Country está hecho con la mayor exactitud y eficacia, Kevin Shirley ha hecho una labor en la producción envidiable, desde su aporte de ideas hasta la limpieza absoluta en sonido, ecualización y mezclas. Además su trabajo como productor de Dream Theater, Iron Maiden o Led Zeppelin son garantías absolutas.
Como hemos dicho, todos los temas son excelentes, pero como cabía esperar hay momentos realmente orgásmicos… Song Of Yesterday es uno de ellos, hipnótica intro que se va intercalando en episodios de auténtico rock n’ roll a lo largo de sus más de 8 minutos, cantada en alternancia por Hughes y Bonamassa de forma sobrecogedora, arropada por los nostálgicos y melancólicos acordes de Sherinian y el solo tremendamente expresivo y repleto de feelin’ que Joe marca, conduce a otro clímax casi a su fin, la caída del minuto 6:30 es IM-PRE-SIO-NAN-TE, Jason Bonham contiene el tempo de una forma magistral hasta que cada vez las texturas se van recargando y ganando intensidad:
No Time es un capítulo decidamente Zeppeliano que a más de uno nos traerá buenos recuerdos, además de ese riff que propiamente podía haber hecho Jimmy Page perfectamente, el interludio posee ese sabor de los años 70 en los que los magos británicos dieron forma a su carrera.
Medusa es otra maravilla de tema en la que Hughes da una lección de canto magistral con una articulación pasmosa, otra balada engañosa que comienza de una manera y sigue de otra, con unas elegantes líneas de bajo y un solo… señores vaya solo… que más de uno tome nota de las posibilidades expresivas de este hombre que a parte de una buena técnica, su fraseo es un prodigio.
The Revolution in Me es otro ejemplo de blues / rock con «un par de pelotas», así se hacen las cosas, melódico y contundente posee otro cambio de rumbo de mano de Sherinian que cuanto menos nos deja con la boca abierta hasta que Bonamassa irrumpe de nuevo con otra joya de solo, los redobles de Bonham conducen de nuevo al Blues del comienzo…
¿Queréis más? Sista Jane, Dawn Again, los casi 12 minutos de Too late for the Sun, la intro al más puro estilo Hendrix de Beggaman ¿qué digo…? Escuchad esta joya ya, TODO es excelente.
Black Country Communion es la formación más sólida de los últimos años y una lección de blues rock actual con reflejos de lo mejor del pasado. Un disco que los amantes del género no podemos ignorar y que cualquier profano debería tener en su colección.
Black Country Communion 2 – 2011
Género: Blues-rock, hard-rock.
Grabado entre enero y el 22 de febrero de 2011 en los Shangri-La Studios de Los Ángeles, California (EEUU).
Producido por Kevin Shirley.
Hay que reconocer que pocos grupos están al nivel de estos genios para lanzar en menos de un año dos discos de tal magnitud. Pero si alguien podría hacerlo es un un gran veterano indiscutible como es Glenn Hughes, bien acompañado por el virtuoso y fenómeno blues Joe Bonamassa, además de otras dos figuras destacadas: el hijísimo de John Bonham, Jason, también batería, y el teclista Derek Sherinian. Sólo así se explica el fenómeno BCC, que ya debería ser conocido en todo el mundo con ese nombre.
También es reseñable que en las primeras escuchas es un álbum que se precia inferior al primero, sobre todo porque cuenta con una evidente desventaja, la de perder el efecto sorpresa que en septiembre de 2010 provocó el ‘Black Country’ con una fresquísima apuesta por el viejo hard-rock-blues pero con la vena joven que Bonamassa, Bonham y Sherinian podían aportar. Al final, mezcla celebrada en todo el globo terráqueo y máxima expectación de cara a sus posteriores andaduras. Así, cuando al inicio de este 2011 el grupo anunció que lanzaría en breve un segundo disco de estudio la sorpresa fue tremenda y muchos creyeron que se habrían extralimitado en su potencial creativo. Pero no. Ahora os contamos por qué.
Primero porque es un álbum aún más redondo. ‘Black Country’ era una joya, pero muy irregular: temas de bandera para recordar siempre pero rodeados de otros algo mediocres o al menos poco llamativos (ACÁ NO ESTOY DE ACUERDO CON LAS CRÍTICAS, PARA MI EL PRIMERO ES UNA JOYA DE PUNTA A PUNTA, AUNQUE QUEDA MEDIO RELEGADO EL TRABAJO DE DEREK SHERINIAN). Este ‘2’, que si bien tiene un título poco sugerente (en esto no se han comido el tarro, no…), es más regular y se puede afirmar que consiguen más sensación de rotundidad y de perfección, quizás con mucho mérito por parte del siempre extraordinario Kevin Shirley como productor (y coescritos de algunas canciones). Y eso es que el álbum es bastante variante: comienza con dos temazos de hard-rock y alma blues (todo lo que llevan haciendo desde 2010 es así) que ya hacen enamorar al público más clásico, que espera una mezcla de Deep Purple y Led Zeppelin. Y vaya que si lo consiguen. ‘The Outsider’ y ‘Man in the Middle’ dejarían enrojecidos a los grupos jóvenes porque el potencial de estos maduritos (sobre todo Glenn, ya pisando la sextena).
Rompe esa dinámica ‘The Battle for Hadrian’s Wall’, que si bien firman Hughes y el mítico Shirley, es una canción 100% Bonamassa, además de ser la primera del álbum cantada por él. Los aficionados al guitarrista y cantante norteamericano sabrán reconocer en cuestión de segundos la principal autoría del rubio en este tema más cercano al country americano que al blues-rock británico. A ‘Save Me’ le sucede todo lo contrario. No sólo lo firma Hughes, pero es claramente el típico tema hard, soul y funky que el bajista y vocalista solía firmar en los años 1980 con gran talento. Es sin duda el tema estrella del disco, con unas líneas posteriores rockeras insuperables y un estribillo merecedor de título de himno del género. Formidable. Y eso, en casi 8 minutos. Es lo que tienen los grupos de calidad e integrados por genios de la música. La que sí es precisamente una canción firmada únicamente por Glenn es ‘Smokestack Woman’, un blues muy de Deep Purple y Led Zeppelin cuyo sonido engancha desde el principio con unos riffs pegadizos y una producción de manual.
Los otros dos temas que únicamente corren a cargo de Hughes son ‘Little Secret’ y ‘Crossfire’. La primera vuelve a parecer una obra suya de toda la vida, como ‘Save Me’, una balada blues que en realidad podría haber firmado también Bonamassa en solitario, ya que éste tiene mucho también de las grandes bandas setenteras del género. A la fenomenal balada le sigue ‘Crossfire’, un gamberro tema rockero que rompe con lo anterior, puro espíritu Hughes. Antes de esta dupla del bajista y cantante están ‘Faithless’ (otro grandísimo tema hardrockero que atrapa desde los primeros segundos y probablemente sea el segundo mejor tema del disco, donde aparte de las maravillosas y épicas guitarras de Bonamassa destacan los trabajos de Sherinian en los teclados con tonos arabescos y de Hughes a la voz, excelsa) y ‘An Ordinary Son’ aparece de nuevo interpretada al micro por Bonamassa y es inevitable que tenga aroma country con la voz tan pastosa de Joe (que nadie entienda esto como una crítica negativa, para nada).
Sin embargo, la pieza elegida para cerrar este prodigioso disco es ‘Cold’, una balada de hard rock y blues cantada también por Hughes y que traslada al oyente a un mundo paralelo, donde todavía se hace música de calidad, rock con alma de blues, producciones exquisitas y trabajos talentosos en poco tiempo. No se le puede pedir a todas las bandas, pero lo que Black Country Communion han hecho en poco más de un año no tiene nombre ni precedentes en estos tiempos actuales. En los 1960 y 70 sí era común ver a míticas formaciones sacar 2 o hasta 3 discos del tirón, todos haciendo Historia. Pero es verdad que hoy por hoy no es habitual verlo. Nosotros estamos presenciando algo histórico y mágico. No lo desperdiciemos. Aunque ver a Hughes y a Bonamassa es algo normal, por suerte, no hemos tenido la fortuna aún de ver a BCC en nuestro país (hasta este mes de junio, pues estarán en el Azkena el día 23). Se puede viajar, también, a Londres, donde este verano serán una de las estrellas del cartel del maravilloso festival High Voltage.
Larga vida al rock y a esta comunión del Black Country, región inglesa de donde proceden bandas como Purple y Zeppelin, y cuyo nombre eligió la banda para homenajear a sus ídolos. Pero que lo haga Glenn Hughes, que formó parte de la leyenda, tiene su cosa especial. Es lo grande de la música: que hasta los ídolos tienen otros ídolos..
Black Country Communion Live Over Europe 2CD’S
El último album es en directo y son dos Cds Cuando ponga los enlaces para poder descargar los Cds, os avisare por correo. Saludos a tod@s.
Black Country Communion – Disco 1 —————– >>>> Descargar
3 comentarios
Brujito,,, esto que,,,, tu ya sabes que yo soy muy torpe pero pico el enlace y me da error, y creo que sabes, lo mucho que me gustaría tener estos discos, un besazo la información es genial, ya te dije anoche que me habías alegrado por lo menos para dos o tres meses 🙂 ahora me toca fundir las canciones, escucharlas, re escucharlas, y volverlas a escuchar jajaj muasss besinossssssssss
Nena … que los enlaces todavía no están disponibles, que aquí el brujito nos avisará cuando estén, jajajjaa.
Besitos y no te preocupes … tendrás eses discos
buuueno amigo bruixo, espero en unos dias poder leerme tooda tu explicacion, que hoy estoy agotado, pero el primer disco ya esta bajandose, ya opinare al respecto en cuanto lo desmenuze, musicalmente hablando