Queridos Reyes Magos de Oriente:
Desde la Navidad de 2008, cuando comenzó la crisis económica, también comencé a recibir menos regalos. Cada Año Nuevo he ido felicitando el siguiente con la sensación de que la crisis siempre iba a ir a peor y de que los buenos deseos ya no eran de paz y amor, sino de empleo y vivienda. Hasta ahora, los meses de diciembre llegaban con cifras desconocidamente malas, pero los meses de enero les seguían con otras sustancialmente más dramáticas. El año pasado, cuando despedí el 2012, lo hice con la noticia de que hasta el 2014 no vería «la luz al final del túnel», por eso mi deseo fué de que el 2013 pasara » rapidito». Y así fué. Por fin ahora, tras más de seis años de decepciones y regalos más bien escasos, parece que los buenos deseos para el año venidero están justificados. Según los expertos, en 2014 la demanda privada recuperará su verticalidad lentamente, el PIB se acercará a crecimientos del 1% y el empleo saldrá de su largo invierno. No es para tirar cohetes – aunque estemos en Navidad – pero sí la mejor noticia que he recibido en años. Por eso, queridos Reyes Magos, agradezco que volváis a pasar por mi pueblo, pero sí dejáis algún regalo, no quiero más que buenas noticias.Feliz 2014.
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